Seguimos con las obras por peligrosidad
Hace más de 40 años mis suegros compraron una parcela en lo que era ‘Miro’ en el término de Almensilla. Mi suegro es un albañil muy bueno, aunque no sea demasiado fino. Hizo su casa como punto de reunión familiar donde pasar los fines de semana todos juntos. Participaban en todos los eventos ‘sociales’ que se le proponían o que él mismo intentaba organizar: cabalgata de Reyes Magos donde todos los niños de la urbanización tenían sus regalitos, verbenas donde cada cual traía lo que podía para disfrutar en comunidad, fue el primero en solicitar una línea telefónica para su vivienda (pagándola a precio de oro por tratarse de una instalación inicial en la zona), ayudaba a todo aquel que se lo solicitaba.
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