Día 37

Hoy:

  • Renfe obliga desde hoy a indicar el nombre y el número de teléfono de cualquier persona que quiera adquirir un billete de tren.
  • Cristiano Ronaldo ha celebrado el cumpleaños de su sobrina con hasta dieciocho personas en una misma habitación, en casa de su hermana.
  • El Gobierno fija el precio máximo de las mascarillas, guantes y productos sanitarios imprescindibles.
  • En España hemos alcanzado los  198.674 casos de coronavirus, de los que 21.238 personas han fallecido y 77.357 pacientes se han recuperado.

El año pasado se hicieron experimentos con ratas, fundamentados en demostrar que los animales “no racionales” no podían empatizar con sus semejantes. Las pruebas consistían en enseñarles que si pulsaban un botón recibían una recompensa en forma de alimentación. Una vez que aprendieron eso, metieron a las ratas que sabían hacerlo con otras que no sabían de la existencia de ese mecanismo, y a éstas últimas le pusieron un circuito para que cuando una rata apretase el botón, a la vez que recibía su recompensa le daba una pequeña descarga a la que no sabía utilizarlo. Cuando la que sabía manejar el dispositivo descubría que cada vez que obtenía su recompensa por su “inteligencia”, una congénere suya sufría, optaba por no pulsarlo para evitarle daños a la otra, aunque nunca la había visto antes.

Hablan de la humanidad como la especie dominante con auténtico sentido de empatía, pero la propia naturaleza nos saca del error, y demuestra con ejemplos, la humanidad de las distintas especies. Espero que el día que se descubra una vacuna liberadora, la pongamos a disposición de la humanidad, sin pensar en qué país ha ofrecido más dinero, ni quién tiene preferencia en cuanto a su poder económico o militar.

En 2015, Bill Gates dijo que “tendremos una epidemia, luego una pandemia y nuestro próximo enemigo será un virus, no una guerra nuclear”. Los amantes de la “teoría de la conspiración” afirman que todo esto es un proceso estudiado para implantarnos un chip individual que nos controle, y que estamos esperando una vacuna salvadora que podría ser el vehículo para conseguir esa implantación general de los nanochips que nos controle definitivamente. Lo que yo opino de todo lo que nos está pasando es que cada uno tiende a pensar lo que mentalmente le conviene, ya sea la conspiración mundial, los círculos de poder o la mala suerte sanitaria, en fin, todas las situaciones que lo único que tienen en común es la imposibilidad del individuo de luchar contra ello.

¡A por otro día!

 

 

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